El amor sigue siendo un misterio para muchos. Hay mucha tinta derramada en saber cuáles son las claves del éxito en el amor. Llevo 20 años reflexionando, leyendo, buscando y algo quizás haya encontrado. Hoy os desvelo algunas de las claves, porque hay tantas que a lo largo del blog podréis encontrar muchas mas.

Todo comienza con el enamoramiento, que desempeña un papel decisivo para poder forjar a fuego lento un vínculo que hace que una pareja en un futuro quiera mantener un compromiso. Es tan importante el enamoramiento y con esconde tanto poder, que hasta el psicólogo Stanton Peele comparó en uno de sus estudios, el estado de enamoramiento con una adicción. Los sentimientos «elevados» como pueden ser los que provoca el alcohol, alguna que otra droga o incluso un momento de placer intenso muestran patrones muy parecidos a los que produce el enamoramiento.

De hecho algún que otro autor ha definido el enamoramiento como un estado psicótico transitorio. Lo que desencadena el enamoramiento depende cada individuo, de su historia, de sus apegos, de sus relaciones anteriores, de sus valores o de su estructura de personalidad etc. Son muchas las variables que influyen en el enamoramiento y el por qué nos enamoramos de una persona y no de otra. Porque dependerá en gran medida de las necesidades psíquicas de la persona, de las preferencias que tenga en ese momento concreto y por supuesto de los gustos particulares que se tengan. Por lo que, hay un patrón claro de qué ocurre cuando nos enamoramos, pero no de por qué nos enamoramos, cuando nos enamoramos y de quién nos enamoramos.

Cuando uno se enamora, entra en un proceso de idealización o también llamado encuadre positivo. Esto produce que la imagen que se tiene del amado o amada, destaque todos aquellos rasgos «deseables». Haciendo una imagen del amado pluscuamperfecta, tan deseada y tan inverosímil que se entra en una espiral de adicción, y la ausencia del amado se convierta en estados de ansiedad transitorios. Algunas cualidades pueden ser de corte narcisista, pues puede desearlo por la posición social o económica que le puede facilitar estar con dicha persona. Y muy al contrario de lo que piensan muchas personas esa elección puede ser involuntaria. Esa atracción no tiene que ser calculada y meditada previamente, pues pensar en el crecimiento narcisista es alguna que otra vez una elección inconsciente.

El gran problema que conlleva el enamoramiento, es la proyección de la pareja en el futuro. Ese grado de ensoñación o incluso emoción al pensar en un futuro juntos durante la primera etapa del enamoramiento, hace que sirva como un patrón instaurado para juzgar futuros tiempos juntos. Cuando pasada la etapa del enamoramiento, de ese estado casi psicótico, pasa a un segundo plano, y la idealización de la pareja se desvanece, aparecen los conflictos y muchas parejas no saben gestionarlos y aparece la tan temida frustración. Un sueño roto, unas ilusiones perdidas que muchas personas no saben afrontar y puede incluso llegar a la ruptura.

Es por ello, no menos importante, saber establecer el equilibrio en esa etapa del enamoramiento, para posteriormente enfocar la realidad que sobreviene y así poder tener herramientas para tolerar la frustración si que llegara.